
Estos días ha llegado a mis manos un documento que lleva ya tiempo circulando por la web.
Se trata de un Contrato para Maestras del año 1923 recogido, según el libro de Michael Apple, MAESTROS Y TEXTOS, editado por Paidós en Barcelona en 1989.
Sabido es que la educación dio y dará mucho que hablar, en todo tiempo y lugar.
Se trata de un antiquísimo contrato de maestras, en los tiempos en que las dueñas del Magisterio se llamaban maestras de niñas y de parvulitos. Es un famoso contrato que debían firmar en 1923 las maestras de un país indeterminado, hay quien dice que es Argentina, otros que es un documento norteamericano y hasta hay quien se atreve a situarlo en España.
Probablemente en el mundo, las maestras no dispondrían ni siquiera de contratos, puesto que, al no ser consideradas “personas jurídicas” difícilmente podrían firmar un contrato.
En cualquier caso, es un contrato hilarante, irrisorio, injusto, irreverente pero también amargo y ridículo. Es un contrato que se convertirá, si no lo es ya, en una reliquia histórica para los sindicatos docentes de cualquier país.
Digamos que es un contrato temporal, no podía ser menos, de una maestra del mundo de primeros del siglo XX en una escuela donde probablemente la educación, no era tan diferente a la educación actual, podría ser cualquier cosa menos eso.
Para nada se explicaban allí las materias a impartir, ni el método, ni la organización de los recreos, ni las vacaciones, ni una sola frase acerca de los alumnos, salvo la indicación de que la maestra era la responsable de que en la escuela no pasasen frío, la maestra era la “encargada oficial” de encender el brasero de carbonilla madrugando y removiendo cenizas en las mañanas frías,(aca lo dejo a criterio de ustedes, con la siguiente pregunta: ¿el actual jefe de gob. de la ciudad, lo leyo?.
O si no juzguen ustedes.
¿Por que? ¿qué tiene de especial este contrato?
El papelito no tiene desperdicio.
DOCUMENTO HISTÓRICO
Contrato de Maestras en 1923
Este es un acuerdo entre la señorita .......................................................... maestra, y el Consejo de Educación de la Escuela......................................por la cual la señorita .....................................acuerda impartir clases durante un período de ocho meses a partir del........................... de septiembre de 1923. El Consejo de Educación acuerda pagar a la señorita .....................................................la cantidad de (*75) mensuales.
La señorita.................................................................acuerda:
*1.- No casarse. Este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.
*2.- No andar en compañía de hombres.
*3.- Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana a menos que sea para atender función escolar.
*4.- No pasearse por heladerías del centro de la ciudad.
*5.- No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del Consejo de Delegados.
*6.- No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra fumando.
*7.- No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino y whisky.
*8.- No viajar en coche o automóvil con ningún hombre excepto su hermano o su padre.
*9.- No vestir ropas de colores brillantes.
*10.- No teñirse el pelo.
*11.- Usar al menos 2 enaguas.
*12.- No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos.
*13.- Mantener limpia el aula:
* Barrer el suelo al menos una vez al día.
* Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente.
* Limpiar la pizarra al menos una vez al día.
* Encender el fuego a las 7:00, de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 cuando lleguen los niños.
*14.- No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios
La distancia hace que hoy lo veamos ridículo.
La educación anda revuelta, pero mejor no mirar mucho hacia atrás o nos encontraremos como amargos fósiles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario