
Nació en Junín (Buenos Aires) el 19 de abril de 1867.
Murió en Buenos Aires el 4 de junio de 1954.
Si a Cecilia Grierson le cabe el rol de pionera en la inserción de la mujer en la actividad científica, de igual manera debe considerarse a Elvira Rawson, también ella debió luchar por demarcar un camino que no existía, en el reconocimiento de la labor femenina no sólo en la ciencia, sino también en la vida civil e incluso, en la familia y la sociedad.
Elvira Rawson estudió en la Escuela Normal de Mendoza, de donde egresó en 1884 con el título de maestra normal. La docencia fue su actividad sólo por un año, ya que en 1885 comenzó los estudios de medicina en la Universidad de Buenos Aires, donde se diplomó en 1892. Obtuvo su doctorado poco después, con una tesis que llamó “Apuntes” sobre la higiene en la mujer. Fue una de las primeras médicas mas exactamente la 2° que tuvo el país.
Sus primeras experiencias en la profesión las realizó en el Hospital Rivadavia dela Ciudad de Buenos Aires. Con la Revolución del 90, Elvira Rawson decidio atender a decenas de heridos de ambos bandos, aun contrariando las órdenes de sus superiores, y demostró un auténtico temple profesional. Se ganó, también, el reconocimiento publico del Dr. Leandro N. Alem. Su primer discurso lo dio en la sede del partido radical, donde recibió de la mano de Leandro N. Alem un reloj de oro y un pergamino. Ejerció la medicina orientada hacia enfermedades de mujeres, mientras se desarrolló como docente y profesora de higiene y puericultura.
Estos hechos determinarían, más tarde, su afiliación a la Unión Cívica Radical, partido político que daba cabida a sus ideas progresistas en cuanto al rol y situación de la mujer. Obtuvo su doctorado poco después, con una tesis que llamó Apuntes sobre la higiene en la mujer, y que fue alabada por el eminente médico Gregorio Aráoz Alfaro.
Fue por entonces que comenzó una prédica pública tendiente a mejorar la situación de la mujer, y que la llevarían a ser una de las grandes feministas argentinas de principios de siglo. Así, Elvira Rawson formó parte del Consejo Nacional de Mujeres, participó de la creación del primer Centro Feminista y tuvo una actuación destacada en el Primer Congreso Femenino Internacional, realizado en Buenos Aires en 1910, y en el cual participó en las secciones de Sociología, Derecho y Educación. Su feminismo, no obstante, era moderado: consustanciada con el pensamiento liberal y laicista, abogó por el divorcio vincular, pero con limitaciones que tendían a impedir la proliferación de las rupturas matrimoniales. También propulsó la creación de los hogares maternales (hogares para madres solteras), idea que se concretó hacia 1910 con el Centro Prohogares Maternales "Juana Gorriti", institución continuadora de la obra del Centro Feminista. Su atención también se centro en la ciencia jurídica, dado que promovía la modificación de la legislación, en la búsqueda de la igualdad de oportunidades para hombre y mujeres, tanto en el ámbito profesional, como en el social y familiar. Así, en el Congreso Internacional propuso cambios en el Código Civil que resultaban marcadamente progresistas, como la igualación de la patria potestad entre el padre y la madre, la libre administración de los bienes por parte de la mujer, y el mantenimiento de todos los derechos derechos individuales de la mujer (igualados, en gran medida, a los del hombre) aun después del matrimonio.
Estas ideas resultaron muy avanzadas para la época, a vistas de la evolución histórica de la sociedad y el derecho argentinos, que las consagró en la ley varias décadas después. Sin embargo, aunque no fue exitosa en su momento, la prédica de Elvira Rawson no se detuvo y en 1919 fundó la Asociación pro-derechos de la Mujer, secundada por otras grandes feministas, como Alfonsina Storni y Adelia Di Carlo. Paralelamente a esta labor difusora del feminismo, Elvira Rawson fue, entre 1907 y 1908, médica inspectora y médica de la 3ª Sección (de Higiene Escolar) del Departamento Nacional de Higiene. Por entonces, era la única mujer que integraba esa dependencia pública. En 1916 fundó y dirigió la primera institución dedicada al cuidado de niños débiles, en Uspallata (Mendoza). Con ello, lograba el apoyo del gobierno para una de sus grandes preocupaciones, los niños discapacitados, y ponía en práctica sus vastos conocimientos en materia de pedagogía, sanidad escolar y protección de la niñez.
Una de sus primeras propuestas, por ejemplo, fue establecer la "copa de leche" obligatoria en las escuelas. Además, formó parte del Consejo Nacional de Educación (entre 1919 y 1934) e integró, en 1921, el comité ejecutivo del Tercer Congreso de Sociedades Populares de Educación. Para mediados de la década del ´20, tenía ya una bien ganada reputación como promotora de la educación y la cultura, y había recibido varios homenajes públicos. En 1928 organizó el tercer Congreso Internacional Femenino.
Su obra científica escrita no fue extensa, aunque sí de calidad. Además de sus tesis doctoral, se destaca un estudio sobre las condiciones higiénicas, climáticas y termales de Mendoza, lugar donde vivió muchos años de su vida. También realizó distintos informes sobre la situación y condición de la mujer, y sobre los hogares escolares. Retirada de la mayor parte de sus actividades luego de 1940, en 1951 verá concretada su pelea por el voto femenino. Murió a los 87 años un 4 de junio de 1954, en Buenos Aires.