Mujeres en la política

"Al aumentar de manera efectiva la influencia de la mujer en todos los niveles de la vida pública, aumentan las posibilidades de cambio en dirección hacia la igualdad entre los géneros y hacia el empoderamiento de la mujer, así como hacia una sociedad más justa y democrática", afirmó el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en el informe sobre la participación igualitaria de mujeres y hombres en los procesos de toma de decisiones en todos los niveles, lanzado en diciembre de 2005".

En 1995, la Plataforma de Acción de Pekín definió como una de sus prioridades la cuestión de la mujer en el ejercicio del poder y en la toma de decisiones y señaló medidas concretas que deberían ser adoptadas por gobiernos, sector privado, instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales para que las mujeres tengan mayor acceso y una participación efectiva en las estructuras de poder y en la toma de decisiones.

En todo el mundo, las mujeres han enfrentado las dificultades de acceso al poder y están contribuyendo a producir cambios en sus comunidades, sus países y el mundo. Sin embargo, aunque se esté avanzando en la conquista de la igualdad entre mujeres y hombres en el acceso a cargos de decisión, todavía hay mucho por realizar. Las mujeres continúan sub-representadas en todos los niveles de poder. Además de aumentar la participación de las mujeres en los órganos oficiales de toma de decisiones, es necesario también aumentar su impacto en el proceso de toma de decisión en todos los niveles de la vida humana.

Ranking

Argentina quedó entre los 10 países con mayor participación de mujeres en el Poder Legislativo en un ranking divulgado por la Unión Interparlamentaria (IPU, por sus siglas en inglés), que analizó 187 países y señaló una tendencia de crecimiento de la presencia de mujeres en las Casas Legislativas de diversas partes del mundo.

Ruanda aparece en 1º lugar, con un 48,8% de participación femenina en la Cámara de Diputados. En seguida vienen los países nórdicos: Suecia (45,3%), Noruega (37,9%), Finlandia (37,5%) y Dinamarca (36,9%). Después están Holanda (36,7%), Cuba (36%), España (36%), Costa Rica (35,1%), Argentina (35%) y Mozambique (34,8%), que completan la lista de los 10 países con mayor número de legisladoras.

En América del Sur, Brasil es el peor colocado en la lista, en el 107º lugar, muy atrás de Argentina (9º), Guyana (17º), Surinam (26º), Perú (55º), Venezuela (59º), Bolivia (63º), Ecuador (66º), Chile (70º), Colombia (86º), Uruguay (92º) y Paraguay (99º). La IPU explica que la mejoría en el desempeño de algunos países sudamericanos debe ser atribuida a la introducción de políticas de cupos mínimos para candidatas, como lo que ocurrió en Argentina, Bolivia y Venezuela.

Brasil y otros países del Cono Sur, excluyendo a Argentina, presentaron índices menores que la media mundial, que es de 16,6% de mujeres legisladoras. En Chile ese índice es de 15%; en Uruguay, 11,1%; en Paraguay, 10%; y en Brasil, 8,6%. El índice brasileño es sólo un poco mayor que el de los países árabes, que tienen una media de 6,8% de mujeres en sus Parlamentos. Arabia Saudita presenta un índice de 0%. Quedaron también por debajo de la media mundial: EEUU (15,2%), Francia (12,2%), Italia (11,5%) y Japón (9%).

La Unión Interparlamentaria señala una tendencia de crecimiento de la participación femenina en el Legislativo. En 2005, cada cinco parlamentarios electos, uno era mujer. Aunque el destaque es que las mujeres ya ocupan más del 30% de los asientos en 20 Cámaras de Diputados del mundo, el informe de la IPU reconoce que todavía falta mucho para alcanzar un mínimo de 30% de legisladoras en todos los Parlamentos, meta definida en la Conferencia Mundial sobre la Mujer promovida por las Naciones Unidas en 1995.

Medios de comunicación

Del 16 de febrero al 08 de marzo de 2008, la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC, de sus siglas en inglés) promovió la campaña "¿Quién genera las noticias? Tres semanas de acción global sobre género y medios". Con el apoyo del UNIFEM y de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), la campaña tiene el objetivo de promover la igualdad de género en los medios de comunicación, al desafiar a los medios periodísticos a tomar una actitud efectiva e inmediata para garantizar una representación equilibrada de mujeres y hombres en los noticieros.

La campaña comenzó el 16 de febrero de 2008, exactamente un año después del día en que cientos de organizaciones que actúan en el campo de género y medios en 76 países, se unieron en un esfuerzo solidario para monitorear la representación de mujeres y hombres en los medios periodísticos. La acción era parte del Proyecto de Monitoreo Global de los Medios (GMMP, de sus siglas en inglés) 2007, que reveló, entre otras cosas, que todavía en la mayoría de las redacciones (63%), las mujeres continúan siendo marginadas en los noticieros.

NUESTROS DERECHOS!!!

La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana constituye el primer documento que se refiere a la igualdad jurídica y legal de las mujeres en relación a los hombres.

Orígenes

La evolución del concepto de los derechos humanos ha ido acorde con las épocas y los acontecimientos. En 1776 fue recogido por primera vez en la Declaración de los Derechos de Virginia (EE.UU.), y en 1789 en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, fruto de la revolución francesa. En ninguno de estos documentos se consideró a las mujeres debidp al alto grado de machismo e intolerancia por parte de quienes hacían las leyes. Pero esto constituye a muchas revoluciones. los derechos de la mujer fueron revocados Juan C. Rodríguez

Valor de la Declaración

La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana", constituye por sí misma un alegato brillante y radical en favor de las reivindicaciones femeninas y una proclama auténtica de la universalización de los derechos humanos.

Olympe denunciaba que la revolución olvidase a las mujeres en su proyecto de igualdad y libertad. Defendía que la: "mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos" y que "la Ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y los Ciudadanos deben contribuir, personalmente o por medio de sus representantes, a su formación".

Asimismo, Olympe reclamaba un trato igualitario hacia las mujeres en todos los ámbitos de la vida tanto públicos como privados: derecho al voto y a la propiedad privada, poder participar en el educación y en el ejército, y ejercer cargos públicos llegando incluso a pedir la igualdad de poder en la familia y en la Iglesia.

Sin embargo, parece que Olympe de Gouges no creía que mujeres y hombres fueran iguales. Al contrario que la mayoría de las teóricas de la igualdad, pensaba que había dos naturalezas distintas para hombres y para mujeres, y que la de las mujeres era superior. Esa convicción de las dos naturalezas es palpable en el texto que precede a la declaración.

Sin embargo, el planteamiento feminista no era compartido por los varones que dirigían la revolución, incluso entre los más radicales de ellos. Fue tachada de traidora a la revolución por oponerse a la pena de muerte contra el rey Luis XVI

ANEXO l: Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana

I

La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común.

II

El objetivo de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles de la Mujer y del Hombre; estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y, sobre todo, la resistencia a la opresión.

III

El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación que no es más que la reunión de la Mujer y el Hombre: ningún cuerpo, ningún individuo, puede ejercer autoridad que no emane de ellos.

IV

La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece a los otros; así, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer sólo tiene por límites la tiranía perpetua que el hombre le opone; estos límites deben ser corregidos por las leyes de la naturaleza y de la razón.

V

Las leyes de la naturaleza y de la razón prohíben todas las acciones perjudiciales para la Sociedad: todo lo que no esté prohibido por estas leyes, prudentes y divinas, no puede ser impedido y nadie puede ser obligado a hacer lo que ellas no ordenan.

VI

La ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y Ciudadanos deben participar en su formación personalmente o por medio de sus representantes. Debe ser la misma para todos; todas las ciudadanas y todos los ciudadanos, por ser iguales a sus ojos, deben ser igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según sus capacidades y sin más distinción que la de sus virtudes y sus talentos.

VII

Ninguna mujer se halla eximida de ser acusada, detenida y encarcelada en los casos determinados por la Ley. Las mujeres obedecen como los hombres a esta Ley rigurosa.

VIII

La Ley sólo debe establecer penas estrictas y evidentemente necesarias y nadie puede ser castigado más que en virtud de una Ley establecida y promulgada anteriormente al delito y legalmente aplicada a las mujeres.

IX

Sobre toda mujer que haya sido declarada culpable caerá todo el rigor de la Ley.

X

Nadie debe ser molestado por sus opiniones incluso fundamentales; si la mujer tiene el derecho de subir al cadalso, debe tener también igualmente el de subir a la Tribuna con tal que sus manifestaciones no alteren el orden público establecido por la Ley.

XI

La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los derechos más preciosos de la mujer, puesto que esta libertad asegura la legitimidad de los padres con relación a los hijos. Toda ciudadana puede, pues, decir libremente, soy madre de un hijo que os pertenece, sin que un prejuicio bárbaro la fuerce a disimular la verdad; con la salvedad de responder por el abuso de esta libertad en los casos determinados por la Ley.

XII

La garantía de los derechos de la mujer y de la ciudadana implica una utilidad mayor; esta garantía debe ser instituida para ventaja de todos y no para utilidad particular de aquellas a quienes es confiada.

XIII

Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración, las contribuciones de la mujer y del hombre son las mismas; ella participa en todas las prestaciones personales, en todas las tareas penosas, por lo tanto, debe participar en la distribución de los puestos, empleos, cargos, dignidades y otras actividades.

XIV

Las Ciudadanas y Ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o por medio de sus representantes, la necesidad de la contribución pública. Las Ciudadanas únicamente pueden aprobarla si se admite un reparto igual, no sólo en la fortuna sino también en la administración pública, y si determinan la cuota, la base tributaria, la recaudación y la duración del impuesto.

XV

La masa de las mujeres, agrupada con la de los hombres para la contribución, tiene el derecho de pedir cuentas de su administración a todo agente público.

XVI

Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada, ni la separación de los poderes determinada, no tiene constitución; la constitución es nula si la mayoría de los individuos que componen la Nación no ha cooperado en su redacción.

XVII

Las propiedades pertenecen a todos los sexos reunidos o separados; son, para cada uno, un derecho inviolable y sagrado; nadie puede ser privado de ella como verdadero patrimonio de la naturaleza a no ser que la necesidad pública, legalmente constatada, lo exija de manera evidente y bajo la condición de una justa y previa indemnización.

escritos en 1791 por:

Marie Gouze, más conocida como Olympe de Gouges.

OLYMPE DE GOUGES


Marie Gouze, más conocida como Olympe de Gouges.

Olympe de Gouges (Montauban (Francia); 7 de mayo de 1748 - París; 3 de noviembre de 1793) es el pseudónimo de Marie Gouze, escritora francesa, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana(1791).
Nació en Montauban, en una familia humilde (su padre era carnicero y su madre lavandera). Se casó muy joven con un hombre mayor quedando al cabo de un tiempo viuda y con un hijo.
Llegado 1788 se trasladó a París donde cambió de nombre y emprendió una carrera literaria redactando obras de teatro cuyos ingresos apenas le permitían mantenerse. Escasamente educada, su gramática, ortografía y escritura no brillaron por su calidad y sus escritos tendieron a la verborrea y a la desorientación. Consecuentemente, no fue una autora de éxito, aunque intentó encarecidamente llegar a serlo.
En 1789 se lanza a la Revolución defendiendo una monarquía moderada. Durante este periodo escribió una buena cantidad de artículos, manifiestos y discursos. Se calcula que fueron cerca de 30 panfletos. Fundó varias Sociedades Fraternas para ambos sexos. Su pensamiento ilustrado ya era patente en algunas de sus obras de teatro como La esclavitud de los negros donde criticó con dureza la esclavitud.

Admiraba a Mirabeau y a La Fayette. En 1791 escribió su famosa Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana que comenzaba con las siguientes palabras:

"Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta."

Influida por Montesquieu, defendió la separación de poderes sin ello contradecirse con que en 1793 iniciara la defensa de Luís XVI y se opusiera a Robespierre y Marat.

Fue guillotinada el 3 de noviembre de 1793 bajo la acusación de ser la autora de un cartel girondino.
PRESIDENTE DR. DON RAUL RICARDO ALFONSIN...por siempre!!!!!!!

EN ESTE MOMENTO QUIERO ESCRIBIR...PERO SIENTO UN NUDO EN LA GARGANTA...Y LAS LAGRIMAS BROTAN UNA ATRAS DE OTRA Y ME PREGUNTO QUE PONER???... SI PUEDO ESCRIBIR MUCHAS COSAS... PERO QUE MAS DE LO QUE YA SE A DICHO...
SOLO TRATAR DE EXPRESAR UN SENTIMIENTO Y TENGO UN RECUERDO...
RECUERDO CUANDO ME TENDISTE TU MANO Y YO LA TOME, UNA MANO FIRME...
Y AL VER TU MIRADA TRANSPARENTE QUE TRANSMITIA PAZ...ERA LO QUE MI ALMA NECESITABA...
TU VOZ ME DABA LAS FUERZAS PARA SALIR DEL DOLOR...
Y ME DEJE GUIAR...
ME ENSEÑASTE LOS VALORES ETICOS ESENCIALES DE LA VIDA...
MIS DERECHOS Y CON ELLOS LA LIBERTAD!!!
DE TUS LABIOS ESCUCHE CON VOZ FIRME Y CON SENTIDO ALGO QUE HABIA APRENDIDO DE MEMORIA Y NO ENTENDIA...
"constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino"
FUISTE PARA MI UN PADRE QUE ME ENSEÑO EL CAMINO...Y AL CAMINAR ESTE...ENCONTRE QUE ERAS LA LUZ...
Y CON LOS AÑOS ESE SENTIMIENTO SE FUE AGIGANTANDO CON TU FIGURA...
HOY YA NO ESTAS...Y SIENTO QUE SE NOS FUE EL "FARO DE LA DEMOCRACIA" PERO QUEDO TU LUZ PARA SIEMPRE ENCENDIDA...

UN TEXTO QUE NO DEBEMOS OLVIDAR JAMAS:
"Nos, los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina."


sábado, 2 de agosto de 2008

Rosa Clotilde Sabattini

Rosa Sabattini (Rosario, 1918 – Buenos Aires, 25 de octubre de 1978).
Hija del líder radical y Gobernador de la provincia de Córdoba Don Amadeo Sabattini y ex esposa del escritor Raúl Barón Biza.

Rosa Clotilde Sabattini cursó sus estudios primarios y secundarios graduándose de maestra normal para luego ir a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, dónde se tituló como Profesora de Historia. Por sus excelentes notas le fue concedida una beca en Suiza para realizar estudios sobre los métodos educativos y pedagógicos europeos.
Mientras estudiaba en el viejo continente recorrió varios países para perfeccionar su método de aplicación pedagógica. Estando en Europa contrae matrimonio con 17 años con el poeta y estanciero Raúl Barón Biza con el que tiene una controvertida relación siendo ella 20 años menor. Junto a Barón Biza tuvo tres hijos: Carlos, Jorge y Marisa Cristina. En 1940, regresa al país y fue detenida por orden del gobierno militar, y encarcelada en la prisión de mujeres. Luego de ser liberada, se exilió junto a su marido en Montevideo.
En 1949 presidió el Primer Congreso Nacional de Mujeres Radicales por lo que es nuevamente perseguida, pero esta vez por el gobierno de Juan D. Perón, tomando un claro desafío en contra de Evita.
En 1950 contribuyó con la creación del Liceo de Estudios Secundarios de la ciudad de La Plata, del cual fue profesora de historia y literatura, pero la persecución en su contra no cesaba y en 1953 vuelve a huir a Montevideo, en donde colaboró con las publicaciones hasta llegar a dirigir el periódico Semana Radical.
De regreso a la Argentina, el presidente Arturo Frondizi la designa, en 1958, Presidenta del Consejo Nacional de Educación. Durante dos décadas, desarrolló una gran misión como educadora y periodista hasta su muerte.
A pesar de que el 16 de agosto de 1964 sufrió el grave episodio de que su esposo en medio de una discusión sobre el divorcio le arrojara un vaso de ácido en el rostro provocándole daños irreparables en la nariz, los pómulos, un párpado y dañado el ojo, alcanzándole además el pecho, los brazos, las manos y el cuello. La vida de esta mujer fue, desde ese ataque, un tormento físico y psicológico. Los médicos argentinos y de Europa, donde viajaba con sus hijos, no pudieron ayudarla.
Soportó una vida recluida por sus deformaciones hasta que en 1978, en el departamento de la calle Esmeralda, dónde había sufrido el ataque, se tiró por la ventana.


Relato de un hijo.

Cayó sobre su rostro
De Jorge Baron Biza

El 16 de agosto de 1964 un hombre desfiguró a su mujer. Era domingo y estaban separados. No era algo circunstancial, sino el resultado de una serie de desavenencias matrimoniales. El -Baron Biza era su apellido-, radical revolucionario y pornógrafo profesional, escritor bizarro y provocador de clase alta, la había citado para arreglar los detalles de un divorcio traumático, por lo que ambos estaban acompañados por sus abogados. Cuentan los diarios de la época que la cita fue en el departamento de él, una garconiŠre pródiga en libelos políticos, lecturas licenciosas y bebidas narcóticas. Ocurrió en Esmeralda al 1200, alrededor de las 20.Promediaba el encuentro cuando el dueño de casa, anfitrión consumado, convidó con whisky. Sirvió uno, dos, tres tragos. Cuando le tocó el turno a la mujer, un extraviado ex marido le arrojó con furia el contenido del vaso sobre el rostro. Lo que había en ese vaso no era whisky, sino ácido.
Los rasgos de Clotilde Sabattini de Baron Biza, hija de un caudillo cordobés del radicalismo y prestigiosa educadora, iniciaron entonces un largo viaje hacia el terror, de la cara a la calavera.
Cuando lo fueron a buscar, el autor de El derecho de matar y Por qué me hice revolucionario, el mismo que alguna vez escribió: Yo sé de mi fin, y lo apresuro, estaba muerto en su cama: se había descerrajado un tiro en la sien derecha.De este episodio real parte El desierto y su semilla, la novela de Jorge Baron Biza que narra, por un lado, el desafortunado itinerario de una mujer cuya vida se desbarrancó ese domingo de 1964 y, en paralelo, la historia de su hijo, inevitable víctima de la tragedia y compañero, ¿por elección?, del infructuoso viaje de su madre en busca de la cara perdida.La realidad suele ser fuente de gran parte de la ficción que se escribe en este mundo. Estilizada, mediatizada a través de recursos literarios, esa realidad se abre a nuevas formas de relato, que muchas veces terminan transformándola en un capítulo de la imaginación. Sin embargo, a veces una historia basada en hechos reales puede, como en el caso del libro de Baron Biza, ir más allá de un argumento impresionante, adquirir vida propia y exhibir una contundente calidad literaria.La trama de El desierto y su semilla comienza unos segundos después de la agresión. Una mujer viaja en auto mientras su frente, sus párpados y sus mejillas se están desintegrando: Los labios, las arrugas de los ojos y el perfil de las mejillas iban tranformándose en una cadencia antifuncional: una curva aparecía en un lugar que nunca había tenido curvas, y se correspondía con la desaparición de una línea que hasta entonces había existido como trazo inconfundible de su identidad. Quien describe este proceso de corrosión es Mario, el hijo de Eligia, la mujer que perdió la geografía de su rostro, y de Arón, el autor de esa suerte de escultura de goma de mascar provocada por el ácido.La novela describe, sin ahorrar detalles escatológicos, el proceso de desfiguración de Eligia y los intentos de reconstituir, penosamente, la trama de su carne. En penosas internaciones en Buenos Aires y en Milán, la madre-monstruo es víctima de injertos y colgajos que tratan de dar nuevas formas a lo informe, larguísimas intervenciones quirúrgicas que hacen del cuerpo de esa mujer un objeto de infrecuentes experimentaciones científicas. Una secuencia de diversos doctores Frankenstein ponen manos a la obra sobre la base de diferentes escuelas y filosofías.En Milán, la vida de Mario es una suerte de novela de iniciación en el marco de lo monstruoso: largas veladas entre prostitutas y rufianes de todo calibre y el infierno del alcohol, un terremoto que lo arroja cada madrugada a la cama del acompañante, penoso alojamiento para un joven que está empezando a vivir. No hay porteros sino enfermeras. No hay sábanas de seda sobre su colchón sino blanco piqué, ese basto género que abunda en cortinas y cubrecamas de hospitales.A la manera de los injertos en el rostro de Eligia, Baron Biza toma algunos documentos históricos, recrea otros y los entreteje, como cirujano plástico, con la trama de la historia. Así también fabula lenguas cocoliches: cada vez que reproduce las palabras de un idioma extranjero, lo hace en un español fuera de sintonía, al tiempo que provoca una cadencia y una sintaxis ligada a esa otra lengua.Mario sobrevive, mientras su madre entrega su cara a diferentes filosofías salvadoras. En su vida se cruzarán otras dos mujeres: Sandie, una tilinga hija de millonarios que concurre al sanatorio donde está internada Eligia para hacerse una cirugía estética en la nariz y Dina, una mujer de la noche, cuya familia pasó por un campo de concentración y que inicia a Mario en los placeres sexuales, actividad de la carne difícil de tolerar para quien cada noche vuelve a dormir con una calavera.En la novela de Baron Biza hay otra historia paralela y es la del cadáver de Eva Perón. Eligia, la mujer que es objeto de manipulaciones quirúrgicas, y Eva, la mujer-objeto del embalsamamiento. Eligia, que busca recuperar su rostro. Eva, a la que le congelaron por decreto la belleza. Las dos fueron enemigas políticas: Eligia sufrió cárcel bajo el peronismo. Curiosamente, las dos están al mismo tiempo en Milán. Una en un hospital, escondida tras un biombo para no impresionar a las visitas. La otra en un cementerio, enterrada bajo otro nombre, en uno de los episodios más siniestros de la historia argentina. Las dos representan el enigma de la carne.Pero hay más. Hay búsquedas de manuscritos que podrían encerrar algunas respuestas vitales, la picaresca del Mario vivillo, que se lanza como buscavidas a recorrer Italia sin una lira en el bolsillo y, sobre todo, una notable variedad de recursos narrativos y estilísticos que convierten a esta novela en una de las mejores publicadas en los últimos años.

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